Reflexiones sobre la experiencia
El pasado sábado 27 de enero, junto a dos compañeras coaches feministas y fantásticas profesionales, Mónica Buckley y Paola Pozzi, estuvimos co-liderando de a tres, por primera vez, la dinamización de un encuentro con promotoras de entidades que forman parte de la integrada dentro de la comisión de feminismo de REAS Madrid –plataforma de redes que promueven el desarrollo de un Mercado Social, solidario y sostenible.
Lo que se materializó el sábado, es el comienzo de una andadura que partió de un deseo compartido: poder colaborar juntas como coaches y, hacerlo, teniendo claro lo que nos une: nuestro enfoque feminista, sistémico y social.
Quiero agradecer a las compañeras de la Red Ecofeminista su confianza para habilitarnos esta posibilidad y también, por todo el empeño que pusieron para profundizar en la tarea, compartiendo inquietudes, encarando nuevos desafíos y valorando alternativas a futuro para consolidar la Red como una plataforma de visibilidad común en transformación y crecimiento.
Y cómo no, hubo un tiempo también para el disfrute compartiendo comida súper rica que cada una aportó y se curró artesanalmente; hemos reído, bailado y compartido sensaciones, así que continuamos a la tarde con energías renovadas para seguir trabajando… ¡Toda una práctica de sororidad!
El reto del co-liderazgo: de la teoría a la práctica, pasando la vivencia por el cuerpo.
Ahora voy con las sensaciones que suelen acompañarnos cuando asumidos retos y nos sentirnos expuestas a lo nuevo desconocido. Cosmo y caos, vértigo y empuje…
Esta experiencia altamente motivante, me generó sensaciones ambivalentes. Al principio, me costó encontrar mi espacio interno para situarme en esta interacción de a tres ya que estoy acostumbrada a trabajar habitualmente sola. Me sentí algo insegura, inquieta… Sentía que no estaba del todo cómoda ante el reto de entrar a danzar en ese baile de tres miradas diversas encontrando la sintonía ajustada para llegar hacia una interacción coral desde un hacer enfocado.
En algún momento comprendí que debía dejarme fluir y me ayudó a ello, recordar el propósito que me llevó hasta ese lugar: el deseo de fusionar nuestras metodologías para trabajar “al alimón” desde una alquimia poderosa que diese lugar a una metodología ampliada y transformada.
Supe entender que el temor no me dejaba “dejarme” y opté por confiar en mí y en mis recursos acumulados a lo largo de mi andadura de años como facilitadora grupal. También decidí confiar en mis compañeras sabiendo que podrían acogerme desde sus propios recursos y saber hacer de años.
Y desde ese lugar, se produjo un cambió, comencé a disfrutar con el trabajo y la experiencia. Paola, diría, sistémico¡¡¡ Y sí, observar-me y no juzgar-me, lo que sugiero habitualmente en las sesiones de coaching o supervisión de equipos, lo apliqué en vena, y resultó. Después de casi 8 horas de trabajo, salimos cansadas pero con la energía renovada y con la sensación de haber logrado cohesionarnos como equipo y facilitar la tarea al grupo que era el mayor objetivo.
Co-pe-ran-do es gerundio y supone transformación del yo hacia el nosotras-os en ida y vuelta.
Co-liderar, cooperar…Todo un arte que implica dejar de un lado aprendizajes de competitividad mal entendida, sosegar egos particulares, tan protagónicos ellos, para transitar por un espacio común en construcción cooperativa donde cada quien, aporta lo mejor y, desde donde todxs, salimos transformadas y “crecidas” a través de la interacción creativa. Innovar, confíar, ceder, aportar, promover… En definitiva: crear colectivamente, en grupo, en comunidades y en equipo productivo. ¡Apasionante reto!
El futuro por delante para imaginar escenarios posibles…
Después de esta experiencia vamos a seguir explorando posibilidades para ofrecer lo que sabemos que podemos como mujeres y profesionales comprometidas con la justicia social y la equidad de género.
Estas semillas entrañan un gran potencial para la sostenibilidad de la vida en sus múltiples facetas y es por eso que queremos contribuir desde el coaching feminista, para poner en el centro de los procesos de transformación crecimiento y cambio, el cuidado de la vida.
Y para lograr ese fin, entendemos que resulta imprescindible establecer relaciones desde una ética de buen trato hacia una misma y con el resto de los seres vivientes…
Y desde ahí, apostamos por promover el liderazgo y empoderamiento de las mujeres, facilitar el desarrollo de profesionales y procurar el cuidado de equipos y responsables.
Nos ilusiona la idea de ofrecer servicios de coaching que contemplen tres modos de intervención alineados y complementarios para posibilitar un impacto multiplicado.
El tiempo nos dirá, pero, de momento, vamos a seguir dando pasos hacia la siguiente meta que nos hemos propuesto: ofrecer nuestros servicios de coaching a equipos, profesionales y mujeres que apuesten por ejercer liderazgos no androcéntricos, el trabajo en red y el apoyo mutuo desde prácticas de sororidad.
Ahí vamos, sin prisas pero sin pausa. Lo mejor: ¡que nos acompañamos!
Carmen Barquín